


Es una de las causas más comunes. Cuando el alternador o un cargador externo brinda más voltaje del necesario (por encima de 14,8 Voltios), la batería se recalienta. Esto provoca un exceso de carga que genera burbujeo interno y acumulación de presión, lo que finalmente hace que la carcasa se infle.
El calor es el peor enemigo de las baterías. Las altas temperaturas del motor o del ambiente aceleran las reacciones químicas dentro de las celdas, generando gas y evaporación del electrolito. Si el calor se mantiene durante mucho tiempo, las placas pueden deformarse.

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